A Cabala da Inveja 17 “Aferindo os custos do conflito”

Quanto custa isso?

“ISTO ACONTECE EM TODO o mau negócio – calculamos com detalhes todos os possíveis ganhos, porém relaxamos na acuidade da computação dos custos. E muitos dos conflitos que bancamos são péssimos negócios, pela mesma razão. Assim sendo, nosso ódio, por incitar-nos ao conflito com total irresponsabilidade, torna-se um sócio dos menos confiáveis.”

Excerpt From A Cabala da inveja Nilton Bonder

Tudo ten custo. Mudar tem custo e não mudar também o tem

Dar poder aos outros

“O grande problema em uma rixa é o aprisionamento ao outro. Poucas vezes, nos permitimos pensar desta forma, porém odiar o outro é uma forma de dependência”

Excerpt From A Cabala da inveja, Nilton Bonder

Aprisionamento

O rabino que fala que Deus está sempre presente mas a pessoa não

O rabino que chama de feia a uma pessoa e não a deixa ir, para não fugir sua desculpa.

- Quando ofendemos ao outro

- Poder que damos aos outros quando não conseguimos nos expressar e imaginamos....

CUENTO ZEN: DOS MONJES Y UNA MUJER

Erase una vez, dos monjes zen que caminaban por el bosque de regreso a su monasterio.

En su camino debían de cruzar un río, en el que se encontraron llorando una mujer muy joven y hermosa que también quería cruzar, pero tenía miedo.

– ¿Que sucede? – le preguntó el monje más anciano.

– Señor, mi madre se muere. Está sola en su casa, al otro lado del río y no puedo cruzar. Lo he intentado – siguió la mujer – pero me arrastra la corriente y nunca podré llegar al otro lado sin ayuda. Ya pensaba que no volvería a verla con vida, pero aparecisteis vosotros y podéis ayudarme a cruzar…

– Ojalá pudiéramos ayudarte – se lamento el más joven. Pero el único modo posible sería cargarte sobre nuestros hombros a través del río y nuestros votos de castidad nos prohíben todo contacto con el sexo opuesto. Lo lamento, créame.

– Yo también lo siento- dijo la mujer llorando desconsolada.

El monje más viejo se puso de rodillas, y dijo a la mujer: – Sube.

La mujer no podía creerlo, pero inmediatamente cogió su hatillo de ropa y montó sobre los hombros del monje.

Monje y mujer cruzaron el río con bastante dificultad, seguido por el monje joven. Al llegar a la otra orilla, la mujer descendió y se acercó con la intención de besar las manos del anciano monje en señal de agradecimiento.

– Está bien, está bien- dijo el anciano retirando las manos. Por favor, sigue tu camino.

La mujer se inclinó con humildad y gratitud, tomo sus ropas y se apresuró por el camino del pueblo. Los monjes, sin decir palabra, continuaron su marcha al monasterio… aún tenían por delante diez horas de camino.

El monje joven estaba furioso. No dijo nada pero hervía por dentro.

Un monje zen no debía tocar una mujer y el anciano no sólo la había tocado, sino que la había llevado sobre los hombros.

Al llegar al monasterio, mientras entraban, el monje joven se giró hacia el otro y le dijo:

– Tendré que decírselo al maestro. Tendré que informar acerca de lo sucedido. Está prohibido.

– ¿De qué estás hablando? ¿Qué está prohibido? -dijo el anciano

– ¿Ya te has olvidado? Llevaste a esa hermosa mujer sobre tus hombros – dijo aún más enojado.

El viejo monje se rió y luego le respondió:

– Es cierto, yo la llevé. Pero la dejé en la orilla del río, muchas leguas atrás. Sin embargo, parece que tú todavía estás cargando con ella…

https://autorrealizarte.com/dos-monjes-y-una-mujer/

Forma e conteúdo

רַבִּי אוֹמֵר, אַל תִּסְתַּכֵּל בַּקַּנְקַן, אֶלָּא בְמַה שֶּׁיֶּשׁ בּוֹ. יֵשׁ קַנְקַן חָדָשׁ מָלֵא יָשָׁן, וְיָשָׁן שֶׁאֲפִלּוּ חָדָשׁ אֵין בּוֹ:

Rabbi said: don’t look at the container but at that which is in it: there is a new container full of old wine, and an old [container] in which there is not even new [wine].

Historia de Yosef con seus irmãos

(א) וְלֹֽא־יָכֹ֨ל יוֹסֵ֜ף לְהִתְאַפֵּ֗ק לְכֹ֤ל הַנִּצָּבִים֙ עָלָ֔יו וַיִּקְרָ֕א הוֹצִ֥יאוּ כָל־אִ֖ישׁ מֵעָלָ֑י וְלֹא־עָ֤מַד אִישׁ֙ אִתּ֔וֹ בְּהִתְוַדַּ֥ע יוֹסֵ֖ף אֶל־אֶחָֽיו׃
(1) Joseph could no longer control himself before all his attendants, and he cried out, “Have everyone withdraw from me!” So there was no one else about when Joseph made himself known to his brothers.